Foto: Rafael Prieto Mejías |
En el mágico entorno de la Iglesia de las Descalzas y con amenaza de lluvia y viento en nuestras calles, lo que prometía ser un Solemne Santo Via Crucis por las calles de nuestro pueblo, se tornó en Oración compartida y sentida por todos los que tuvimos la oportunidad de acompañar a Nuestra Madre de la Soledad, envueltos en la melodía celestial del Coro Cantábile de Córdoba.
La decisión que se adoptó sin duda era la menos deseada por los cofrades y directiv@s pero la única que se podía tomar, ante los riesgos que conllevaba una salida tanto a nivel personal como material. Aún así nuestra Madre lució radiante, con su mejor cara, "la cara de salir a la calle", con sus mejores galas, las que con tanto mimo y elegancia pusieron sus cofrades y directiv@s para que todo el pueblo de Aguilar lo pudiese disfrutar.
En parte compartimos una noche cofrade, llena de devoción, oración y momentos entrañables, pero.... nos faltó pasearte por nuestras calles, nos quedaron las ganas de pasearte sobre nuestros hombros o sentirte acariciar nuestros balcones y rincones. Nos faltó llenar de Soledad tantos y tantos lugares que nunca conociste, y que soñaban con amanecer llenos de la huella de fé y devoción que dejan tus pasos.
Torre del Reloj, Antigua Iglesia de los Desamparados, ..., entre otros muchos lugares lloran con lluvia la espera que al final no tuvo premio, la llegada de una Madre que prometía reinar y que ya domina nuestros corazones.
Como cofrade fue un momento mágico el vivido en el templo carmelita, y hemos de pensar que no querías dejar todavía a tus Madres Carmelitas, que querías recogernos de una noche tan desapacible y llenarnos de paciencia de lo que nos queda por vivir ésta cuaresma.
Mañana, Dios mediante, esperamos que el tiempo nos regale una gran tarde, una tarde digna y sin sobresaltos, que todas y todos, cofrades y directiv@s te devolveremos a tu templo, sin duda acompañados del magnífico pueblo de Aguilar, un pueblo que te presta devoción y al que tanto tenemos que agradecer por acompañarnos y animarnos ayer cuando todo pintaba que no se podía salir. Gracias a todas y todos los que han participado en la organización de todos los preparativos del Via Crucis.
Juan José Poyato Nieto (Directivo)
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